IV Seminario de Innovación Docente UC

ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN PARA LA INCLUSIÓN DE PERSONAS SORDAS POR PARTE DE LOS PROFESIONALES DE LA SALUD, UN PROGRAMA PILOTO. Carla Rivera B. Jose Moya O. Eduardo Fuentes L.

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

La implementación de este nuevo diseño curricular en inglés para el campus Villarrica, ha permitido que cada curso reciba a aquellos alumnos cuyo nivel de proficiencia lingüística se ajuste a los objetivos de este, con lo cual se reduce la heterogeneidad de niveles en la sala de clases, permitiendo a cada alumno recibir una instrucción de aula específica para su propio nivel de desempeño. Igualmente, cada estudiante tiene acceso al número de cursos reales que necesita para desarrollar su competencia lingüística al ser ubicado en algún punto de la secuencia dependiendo del nivel que trae a su ingreso a la universidad. Por ende, la universidad cuenta con una mayor oferta de cursos para derivar a los alumnos, una vez realizado el test, al punto de la secuencia que mejor responda a las necesidades lingüísticas de los estudiantes. Esta nueva secuencia curricular permite llevar a los alumnos del campus progresivamente desde un nivel A1- hasta un nivel A2 (ALTE1), requerido para ellos como requisito de egreso por la Dirección Académica de Docencia, la cual se encuentra enmarcada en el régimen semestral de la UC y es además coherente con los estándares internacionales para la enseñanza del inglés establecidos por el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. Del mismo modo, la implementación de actividades de Remote Learning – Receptive Skills, Dialogue Journal, I see UC y actividades presenciales – han motivado el autoaprendizaje y dedicación por parte de los estudiantes; ya que se incrementaron las horas de exposición a la lengua fuera del aula de clases. Asimismo, se ha podido constatar que siguiendo esta nueva secuencia curricular hasta la fecha, no solo ha aumentado el porcentaje de aprobación del test post-cursos, alcanzando un 80% el año 2016 y hasta un 100% el año 2017, sino que también ha disminuido el número de alumnos que requieran el curso remedial -Exit English RII2200 – y que en un largo plazo los alumnos del Campus Villarrica cumplan con el test de inglés, requisito de egreso, en menor tiempo gracias a la mayor precisión de derivación una vez realizado test de entada VRA2000. Finalmente, las acciones llevadas a cabo en el campus mediante la implementación de este proyecto dan cuenta de prácticas que son totalmente transferibles a otras unidades de la universidad como a la carrera de Pedagogía en Religión Católica – con similares características – u a otras; especialmente considerando el riguroso análisis de las competencias de entrada de nuestros estudiantes que se puede realizar, los ajustes curriculares necesarios y cómo abordarlas en pos del aprendizaje de nuestros alumnos.

Consejo de Europa. (2002). Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza, Evaluación (Traducción Instituto Cervantes). Madrid: Centro Virtual Cervantes.

Eales, F. & Oakes, S. (2014). Speakout Elementary. Harlow: Pearson.

Ciencias de la salud, Facultad de Medicina

Latham-Koeing, C. & Oxeden, C. (2013). English File Elementary. Oxford: Oxford University Press.

El proyecto “Estrategias de comunicación para la inclusión de personas sordas por parte de los profesionales de la salud, un programa piloto” busca entregar estrategias de comunicación básicas a los futuros profesionales de la salud que les permitan interactuar demanera funcional con personas sordas. Lo anterior, está dado por la evidencia que existe en relación a los problemas comunicativos que presentan las personas sordas al interactuar con el personal médico. Además, sin un intérprete de lengua de señas, el profesional no puede realizar una adecuada evaluación, o explicar el tratamiento. También, se restringe la posibilidad de discutir dudas o preocupaciones del usuario.

más a salud primaria que los oyentes (Wodcock & Pole, 2007). La mayor consulta puede ser explicada por las dificultades comunicativas (perder horas de atención debido a problemas con recepcionistas), y que además presentan peor condición de salud. En Reino Unido se observó que estas personas tenían dos veces más posibilidad de presentar enfermedades crónicas no diagnosticadas (enfermedades cardiovasculares como diabetes, dislipidemia e hipertensión arterial). En las personas sordas, la combinación de peor nivel de instrucción y mayor desempleo, incrementaría la posibilidad de padecer problemas relacionados con salud mental (Fellinger, Holzinger & Pollard, 2012). Todo lo anterior fundamenta el entregar estrategias de comunicación básicas a los futuros profesionales de la salud que les permitan interactuar de manera funcional con personas sordas. De esta forma se espera impactar positivamente en los resultados de intervención en áreas relacionadas con la nutrición, kinesiología y fonoaudiología. En esta última carrera si bien actualmente existe un curso OPR que aborda esta materia, la formación de estos aspectos debería ser transversal, sólo de esta forma es posible pensar en que se desarrollen las actitudes y empatía hacia las personas con discapacidad. En el caso de carreras de Nutrición y Kinesiología, resulta evidente, dado su rol en enfermedades crónicas –comunes en la población sorda– que deberían desarrollar competencias comunicativas básicas en lengua de señas. OBJETIVOS - Cambio en las actitudes de los estudiantes de la salud hacia las personas con discapacidad auditiva. - Desarrollo de la capacidad de los alumnos de las carreras de la salud, para comunicarse en forma funcional con las personas sordas. - Incremento en el conocimiento de los alumnos de las carreras de la salud, de la terminología correcta para referirse a las per- sonas con discapacidad auditiva.

Redstone, C. & Cunningham, G. (2013). English File Beginner. Cambridge: Oxford University Press.

Palabras

claves:

Discapacidad

auditiva,

comunicación,

profesionales de la salud, estudiantes.

INTRODUCCIÓN

Existen estudios sobre los problemas comunicativos que presentan las personas sordas al interactuar con el personal médico, esto debido a la escasa adaptación de dicho sector a las necesidades de este colectivo (Lezzoni, O’Day, Killeen & Harker, 2004). Sin un intérprete de lengua de señas, el profesional de la salud no puede realizar una evaluación clínica adecuada, o explicar el diagnóstico y tratamiento. Además, se restringe la posibilidad al usuario de discutir sus dudas o preocupaciones con respecto a la patología que padece y al tratamiento que debe seguir. Debido a que, la disponibilidad de intérpretes es reducida, con frecuencia la comunicación se realiza teniendo como intermediario a un familiar, lo que compromete la autonomía y privacidad del paciente (Alexander, Ladd & Powell, 2012). En Reino Unido, el 77% de las personas que utilizaban lenguaje de señas tuvo dificultades en la comunicación con el personal de salud (RNID, 2004). A su vez, luego de consultar a un médico familiar, el 33% se mostró inseguro acerca de las instrucciones de medicación o subsecuentemente tomó dosis equivocadas (RNID, 2004). En relación a las dificultades comunicativas percibidas por los médicos tratantes, estos podrían tener percepciones irreales acerca de la efectividad que tendría la lectura de labios (Ebert & Heckerling, 1995). El 87% de los médicos de familia tenían la sensación de que se podían comunicar efectivamente con el paciente sordo (RNID, 1999). Además, en Estados Unidos se ha reportado que las personas sordas acuden con mayor frecuencia a consulta general y especialista (Ries, 1982; Zazove et al., 1993). En Canadá se constató que consultaban un 50%

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