Experiencia de A+S 2017 - 2018

política que los representa ahora es más inclusiva y menos homogeneizadora, comprende al sujeto

en sus características particulares, pero continúa construyéndose bajo el trabajo de expertos en la

temática y no en sus propios beneficiarios.

Es por esto que se plantea para esta investigación exploratoria, la urgencia en atender esta

problemática social antes que cualquier otra y de sustentar la necesidad de implementar la

metodología Aprendizaje Servicio como una oportunidad para mejorar la condición de vida de estas

personas.

Marco de Teórico

Las PSC son sujetos que han sido marginados, alienados, desarraigados y excluidos de la sociedad,

de la satisfacción de sus necesidades básicas y del ejercicio de sus derechos como ciudadanos. A

estas personas se les ha quitado la posibilidad de mantener un bienestar biopsicosocial, llevándolos

a una vida indigna e injusta en la extrema pobreza. Se entenderá al bienestar en su dimensión

biopsicosocial, ya que entrega una mirada más global de la dimensión del bienestar en un sujeto,

promoviendo la satisfacción de todo tipo de necesidades individuales que son compartidas por el

ser humano, así como las pluripersonales, para llegar a concebir una calidad de vida digna y justa,

lo que implicaría una mayor satisfacción en los ciudadanos (Casas, 1999).

En este sentido, se vuelve necesario revisar el enfoque de Derechos Humanos al que ha adherido el

Estado chileno, el cual debiese asegurar la promoción y la protección de estos mismos, al mismo

tiempo que previene la discriminación y marginalización de todo ciudadano. Las PSC están inmersas

en un contexto de pobreza y exclusión social, por lo que la reducción de ésta es la materia prima de

las políticas de desarrollo de un Estado con enfoque de derechos, ya que éste es entendido como

“un marco conceptual para el proceso de desa rrollo humano que desde el punto de vista normativo

está basado en las normas internacionales de derechos humanos y desde el punto de vista

operacional está orientado a la promoción y la protección de los derechos humanos” (Naciones

Unidas, 2006, p.15) y que debiera impedir la discriminación y marginalización de todo ciudadano.

Entonces, desde este enfoque, la participación ciudadana es un derecho – no deber- que debe ser

efectivo, ya que los bajos índices de ésta son señales de debilidad institucional y bajo nivel de cultura

democrática. En esto, hay que tener presente que a medida que haya mayor participación

ciudadana, habrá mayor control de la actividad gubernamental, mayor cohesión social y satisfacción

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